Parte de la problemática para hacer reconocible el programa fue definir si era necesario crear un logo o símbolo que fuera identificable tanto por estudiantes como docentes e incluso por posibles aspirantes.
Después de un proceso de auditoria se optó por establecer un sistema de identidad basado en recursos gráficos flexibles que fueran reconocibles y adaptables pero sin depender de un logotipo.
Toda la normativa visual se incluyó en un libro doble donde se explica el sistema y su investigación.