Esta es una nueva línea de ambientadores que busca abrirse espacio en una categoría muy tradicional en cuanto a códigos visuales se refiere; por esta razón y para establecer una marcada diferencia frente a la competencia, se decidió utilizar como idea central para la construcción de la marca, la codificación serial propia del diseño editorial.
Para definir este concepto se utilizó la palabra alemana ZIFFER (cifra) como denominador y se numeraron cada una de las fragancias para convertirlas en “ejemplares coleccionables” tal y como sucede en publicaciones periódicas, revistas, enciclopedias etc.
El azul que previamente estaba en las tapas del empaque estructural se adoptó como color de marca, generando de esta forma un fuerte contraste cromático y un claro identificador en el punto de venta.